La Crítica:Tiana y el Sapo
por Luis C. Paredes
Por fin ha llegado a nuestras pantallas la última obra de orfebrería de la fábrica de sueños que al igual que las demás productoras americanas de animación, está apostando casi exclusivamente por el 3D desde hace más de un lustro. Estos cinco últimos años, han pasado con la inquietud por parte de muchos de no volver a disfrutar de una obra animada de manera tradicional, por ello este regreso se presenta como una vuelta a lo clásico, al Disney de antaño y a la magia perdida en la última década. Para la mayoría de la afición, la última gran obra del estudio fue Tarzán en 1999, después de un marcado declive a partir del Rey León. La búsqueda de públicos de diferentes edades, los cambios de tono y de registro, o el alejamiento del género infantil y musical, no fueron suficientes para evitar la falta de interés de la gente que al fin y al cabo sólo busca que se le entretenga y sorprenda.
Tiana y el Sapo es una película entretenida pero no llega a sorprender, a cautivar y mucho menos a maravillar con la llamada magia Disney. Apostar sobre seguro es lo que tiene, y se nota que han querido aunar todos los ingredientes de la fórmula que tanto éxito les dio antaño para elaborar un cuento de hadas a partir de una vuelta de tuerca de un relato clásico: El príncipe Rana. El resultado es una historia más que interesante, en un contexto geográfico y sociocultural nunca antes retratado por la factoría (el Nueva Orleans de los años 20), una protagonista afroamericana (sea o no coincidencia con la legislatura de Obama) y una banda sonora a ritmo de jazz, rythm & blues y otros ritmos sureños propios del Louisiana de la época. Para la realización se contó con el tándem formado por John Musker y Ron Clements, los directores de algunas de las más exitosas cintas de la compañía como La Sirenita y Aladdin, y de las nada desdeñables Basil, Hércules o El planeta del tesoro. Nadie sabrá nunca que hubiera pasado si “the frog princess” como iba a titularse en principio, hubiese tomado las riendas épicas del libreto que describían como una mezcla entre Titanic y Lo que el viento se llevó, lo cierto es que tal cual nos ha llegado carece precisamente de esa espectacularidad “bigger than life” a la que nos tenían acostumbrados las producciones de la casa del ratón en los 90. Por ello no es de extrañar que este anunciado retorno a lo clásico, haya sido revelado para algunos como una vuelta más cercana al estilo Disney de los 60 ó 70 que al de La bella y la bestia o El rey león.
The princess and the frog ha terminado siendo un cuento sobre la búsqueda de lo que realmente importa, de lo que necesitamos a nivel primario y de lo que nos lleva a la tan ansiada felicidad, más allá de proyectos y de metas de superación, que por otro lado también aclama, así como los valores del trabajo y el esfuerzo, la solidaridad y la amistad.
La historia comienza presentando una serie de personajes y situaciones que quizá sean demasiados ya que no da tiempo a desarrollarlos todos tanto como algunos se merecen. Esto es por lo que paradójicamente, aunque es una de los largometrajes con más minutos del Disney en 2D, muchos de los acontecimientos parecen precipitados, los cambios de los personajes repentinos y las resoluciones algo súbitas. Eliminando alguna subtrama y algún personaje, podría haberse aprovechado mejor el resto de manera más compacta y verosímil, ya que uno de los fallos de nuestra Tiana es que no terminas de creerte sus relaciones y su evolución. En el caso del príncipe Naveen y el malo de turno el Dr Facilier, carecen de motivaciones de peso y da la sensación de que son personajes que podrían trascender más en la memoria colectiva de haber sido mejor descritos. De hecho, que no quede claro hasta mitad de película por qué el Dr Facilier convierte a Naveen en rana, más que un recurso para mantener en vilo la curiosidad de la audiencia resulta algo confuso y contraproducente. Charlotte que parece el personaje bombón desde el punto de vista de la animación y de la interpretación, es tan histriónico y alocado que se le puede permitir casi cualquier cosa, por eso sea quizá la más memorable llegando incluso a robar planos a los otros protagonistas.
En cuanto a los secundarios animales, tanto Ray como Louis son simpáticos sin más, y se podría pensar que uno de los dos acaba sobrando, pero cierto es que al final se evidencia que el papel de ambos tiene distintas funciones. Mama Oddie “el hada madrina” es de por sí un personaje de alto atractivo, pero su escasa aparición y nula relación con la otra parte mágica que es el Dr Facilier, hacen que se plantee la audiencia lo interesante y espectacular que hubiera sido un enfrentamiento vudú de estas dos caras de la moneda.
Y es precisamente esa falta de espectacularidad lo que se echa en falta en el desenlace de la película, que con el “mardi gras” de carnavalero fondo y todo el tema de la brujería como vehículo, podía haber sido tan apoteósico, lúgubre, dramático y adrenalítico como cabe esperar en el planteamiento inicial.
Supongo que por eso de agradar a la gran mayoría y no hacer de esta historia algo no apto para los más pequeños, se han evitado los elementos escabrosos y demasiado oscuros que podía haber dado de sí un personaje como el Dr Facilier que en muchos momentos y situaciones recordaba al Rasputín de Anastasia, la cual si explota mejor este aspecto. Aún así, sin llegar a producir el respeto de Maléfica, ni tener la consistencia de Ursula o provocar el miedo de Frollo, éste es un villano que no desmerece en demasía al lado de los grandes.
En cuanto a los números musicales, debo decir que ayudan a dotar a toda la película de una ambientación muy adecuada y única, formando un agradable conjunto de canciones entre las que destacaría las dos nominadas al oscar, y que podrían hacer ganar otro galardón al gran Randy Newman, al que muchos conocimos con Hay un amigo en mí, melodía que recuerda bastante a la recién nominada : Down in New Orleans. La otra candidata: Almost There, narra un momento que se descubre a nivel plástico como el ejercicio de estilo de la cinta, que como ya hicieran Yo voy a ser el rey león, Mi dulce y linda flor (mulán) y otras secuencias inolvidables, establece una ruptura con el resto del concepto visual del film, apostando en esta ocasión por unas figuras planas pintadas a guache y con un toque marcadamente retro que hará las delicias de todos. Otro número que llama la atención es When we´re human, en la que los personajes hablan de lo que quieren en la vida mientras se conocen en el pantano, pero no hay que olvidar que simplemente por la labor cromática y escénica de Friends on the other side (Facilier) y (Oddie) valen la pena esos dos momentazos musicales.
Si una cosa hay que destacar de este largometraje, además de sus buenas intenciones y cuidada elaboración en todos los aspectos, es que los paisajes, fondos y representaciones de Nueva Orleans, ya en su parte urbanizada como en los famosos pantanos, son un auténtico deleite para los ojos, de un detallismo altísimo y una gama cromática sobresaliente y elegantísima. Y una vez más, no sólo nos recuerda a muchos clásicos de la compañía, sino al ya mentado Anastasia, que también presumía de numerosas localizaciones, retratadas de manera realista y detallada como son aquí el muelle de Nueva Orleans, la ciudad en sí, el desfile del Mardi Gras, la mansión de los Beoullf y sus jardines… por no nombrar los efectos de animación que hacen de cada encuadre de los planos generales, un goce espectacular: desde las centelleantes estrellas del cielo que nos recuerdan a Peter Pan, a las luciérnagas del pantano, los fluidos de los encantamientos, los efectos de luces de muchas escenas y de las sombras del más allá y muchos elementos más que hablan muy bien de lo cuidado de todo este proceso de postproducción.
Animación
En la parte concerniente a la animación, tenemos un poco de todo:
La típica animación de chica Disney, que a muchos recuerda tanto a mulán, bella o jasmín, anteriores creaciones del animador encargado de Tiana, Mark Henn. Elegante, segura, sensual y con los pies en la tierra. Anika Noni Rose, la tercera de las dreamgirls, pone voz a este nuevo modelo de princesa trabajadora.
La muy realista y delicada animación de Naveen, por Randy Haycock, dividiéndose aquí entre el humano y la rana que lo devuelven al 2D tras haber animado en chicken little y los robinsons. La voz de Bruno Campos le ayudó a plasmar el carácter conquistador y bribón del personaje.
La hiperactiva y desatada fuerza de Charlotte, que como nos tiene acostumbrados Nik Ranieri con Lumiere, Kuzco, Hades y otros personajes antológicos, está dotada de una rapidez de movimientos y frenetismo propios de su personalidad. Su diseño es todo redondez, basada en las antiguas chicas de tex avery o chuck jones, y Jennifer Lewis fue la responsable en gritar en los estudios de grabación ganando el annie de este año a mejor interpretación.
El Dr Facilier está animado por uno de los jóvenes emergentes en la Disney que nos dejó boquiabiertos en Tarzán con uno de los personajes más complejos y mejor animados: Kerchack. Se trata del afro americano Bruce W. Smith, creador de la serie The proud Family con unos muy interesantes diseños.
Eric Goldberg anima como siempre al secundario redondito y simpático de la misma manera que nos tiene acostumbrados con otros gordinflones (en la mayoría de ocasiones tan calvos como él mismo) como el genio, phil, meeko, din-don. Este año se ha ganado por dar vida a Louis el caimán trompetista el premio a mejor animador en los annies, frente al imbatible Andreas Deja y al emergente Bruce W. Smith.
Y Mamma oddie, que fue el reto que escogió Andreas Deja (ya que ahora tiene el privilegio por estar consagrado como uno de los mejores animadores del mundo y el animador residente de Mickey mouse) tras haber dado vida a los musculosos Tritón, Gastón y Hercules, los malvados Jafar, Narissa y Scar, y la pequeña Lilo. Una anciana de casi 200 años a la que le cuelgan los pliegues cutáneos al son de sus abalorios … todo un ejercicio de dificultad.
El doblaje de las canciones me ha parecido bastante mediocre o mejor dicho, poco acertado en cuanto que las voces resultan muy distintas a las habladas, menos en el caso del tan criticado Macaco, que sigo defendiendo, que a mí me molestó muchísimo menos, que King África (detestable, desafinado y desagradable de escuchar) o Alex Ubago (que no resulta creíble si no hace de adolescente pijitonto como en el planeta del tesoro). Ellas, en cambio están bastante bien. El único que canta y habla con la misma voz, es Javier Gurruchaga como Facilier… no es de sus mejores interpretaciones, pero no está mal.
Para que no digan que después de leer mis críticas no se sabe si me gustó o no, o si la recomiendo siquiera, me menciono al respecto para decir que hay muchos aspectos que hacen que esta película merezca la pena… ninguno la hace espectacular, inolvidable o trascendental en el mundo de la animación, pero sí de visionado obligatorio para los amantes del género, de la música sureña y de los cuentos bienintencionados … me quedo con esa imagen tan evocadora de Tiana cogida al palo de la cama después de que charlotte se retoque el maquillaje y justo antes de salir al balcón … y por supuesto con todos los números en los que canta Tiana, que es un placer escucharla en inglés y en español.
Tiana y el Sapo es una película entretenida pero no llega a sorprender, a cautivar y mucho menos a maravillar con la llamada magia Disney. Apostar sobre seguro es lo que tiene, y se nota que han querido aunar todos los ingredientes de la fórmula que tanto éxito les dio antaño para elaborar un cuento de hadas a partir de una vuelta de tuerca de un relato clásico: El príncipe Rana. El resultado es una historia más que interesante, en un contexto geográfico y sociocultural nunca antes retratado por la factoría (el Nueva Orleans de los años 20), una protagonista afroamericana (sea o no coincidencia con la legislatura de Obama) y una banda sonora a ritmo de jazz, rythm & blues y otros ritmos sureños propios del Louisiana de la época. Para la realización se contó con el tándem formado por John Musker y Ron Clements, los directores de algunas de las más exitosas cintas de la compañía como La Sirenita y Aladdin, y de las nada desdeñables Basil, Hércules o El planeta del tesoro. Nadie sabrá nunca que hubiera pasado si “the frog princess” como iba a titularse en principio, hubiese tomado las riendas épicas del libreto que describían como una mezcla entre Titanic y Lo que el viento se llevó, lo cierto es que tal cual nos ha llegado carece precisamente de esa espectacularidad “bigger than life” a la que nos tenían acostumbrados las producciones de la casa del ratón en los 90. Por ello no es de extrañar que este anunciado retorno a lo clásico, haya sido revelado para algunos como una vuelta más cercana al estilo Disney de los 60 ó 70 que al de La bella y la bestia o El rey león.
Historia y Personajes
The princess and the frog ha terminado siendo un cuento sobre la búsqueda de lo que realmente importa, de lo que necesitamos a nivel primario y de lo que nos lleva a la tan ansiada felicidad, más allá de proyectos y de metas de superación, que por otro lado también aclama, así como los valores del trabajo y el esfuerzo, la solidaridad y la amistad.
La historia comienza presentando una serie de personajes y situaciones que quizá sean demasiados ya que no da tiempo a desarrollarlos todos tanto como algunos se merecen. Esto es por lo que paradójicamente, aunque es una de los largometrajes con más minutos del Disney en 2D, muchos de los acontecimientos parecen precipitados, los cambios de los personajes repentinos y las resoluciones algo súbitas. Eliminando alguna subtrama y algún personaje, podría haberse aprovechado mejor el resto de manera más compacta y verosímil, ya que uno de los fallos de nuestra Tiana es que no terminas de creerte sus relaciones y su evolución. En el caso del príncipe Naveen y el malo de turno el Dr Facilier, carecen de motivaciones de peso y da la sensación de que son personajes que podrían trascender más en la memoria colectiva de haber sido mejor descritos. De hecho, que no quede claro hasta mitad de película por qué el Dr Facilier convierte a Naveen en rana, más que un recurso para mantener en vilo la curiosidad de la audiencia resulta algo confuso y contraproducente. Charlotte que parece el personaje bombón desde el punto de vista de la animación y de la interpretación, es tan histriónico y alocado que se le puede permitir casi cualquier cosa, por eso sea quizá la más memorable llegando incluso a robar planos a los otros protagonistas.
En cuanto a los secundarios animales, tanto Ray como Louis son simpáticos sin más, y se podría pensar que uno de los dos acaba sobrando, pero cierto es que al final se evidencia que el papel de ambos tiene distintas funciones. Mama Oddie “el hada madrina” es de por sí un personaje de alto atractivo, pero su escasa aparición y nula relación con la otra parte mágica que es el Dr Facilier, hacen que se plantee la audiencia lo interesante y espectacular que hubiera sido un enfrentamiento vudú de estas dos caras de la moneda.
Y es precisamente esa falta de espectacularidad lo que se echa en falta en el desenlace de la película, que con el “mardi gras” de carnavalero fondo y todo el tema de la brujería como vehículo, podía haber sido tan apoteósico, lúgubre, dramático y adrenalítico como cabe esperar en el planteamiento inicial.
Supongo que por eso de agradar a la gran mayoría y no hacer de esta historia algo no apto para los más pequeños, se han evitado los elementos escabrosos y demasiado oscuros que podía haber dado de sí un personaje como el Dr Facilier que en muchos momentos y situaciones recordaba al Rasputín de Anastasia, la cual si explota mejor este aspecto. Aún así, sin llegar a producir el respeto de Maléfica, ni tener la consistencia de Ursula o provocar el miedo de Frollo, éste es un villano que no desmerece en demasía al lado de los grandes.
Música
En cuanto a los números musicales, debo decir que ayudan a dotar a toda la película de una ambientación muy adecuada y única, formando un agradable conjunto de canciones entre las que destacaría las dos nominadas al oscar, y que podrían hacer ganar otro galardón al gran Randy Newman, al que muchos conocimos con Hay un amigo en mí, melodía que recuerda bastante a la recién nominada : Down in New Orleans. La otra candidata: Almost There, narra un momento que se descubre a nivel plástico como el ejercicio de estilo de la cinta, que como ya hicieran Yo voy a ser el rey león, Mi dulce y linda flor (mulán) y otras secuencias inolvidables, establece una ruptura con el resto del concepto visual del film, apostando en esta ocasión por unas figuras planas pintadas a guache y con un toque marcadamente retro que hará las delicias de todos. Otro número que llama la atención es When we´re human, en la que los personajes hablan de lo que quieren en la vida mientras se conocen en el pantano, pero no hay que olvidar que simplemente por la labor cromática y escénica de Friends on the other side (Facilier) y (Oddie) valen la pena esos dos momentazos musicales.
Backgrounds
Si una cosa hay que destacar de este largometraje, además de sus buenas intenciones y cuidada elaboración en todos los aspectos, es que los paisajes, fondos y representaciones de Nueva Orleans, ya en su parte urbanizada como en los famosos pantanos, son un auténtico deleite para los ojos, de un detallismo altísimo y una gama cromática sobresaliente y elegantísima. Y una vez más, no sólo nos recuerda a muchos clásicos de la compañía, sino al ya mentado Anastasia, que también presumía de numerosas localizaciones, retratadas de manera realista y detallada como son aquí el muelle de Nueva Orleans, la ciudad en sí, el desfile del Mardi Gras, la mansión de los Beoullf y sus jardines… por no nombrar los efectos de animación que hacen de cada encuadre de los planos generales, un goce espectacular: desde las centelleantes estrellas del cielo que nos recuerdan a Peter Pan, a las luciérnagas del pantano, los fluidos de los encantamientos, los efectos de luces de muchas escenas y de las sombras del más allá y muchos elementos más que hablan muy bien de lo cuidado de todo este proceso de postproducción.
Animación
La típica animación de chica Disney, que a muchos recuerda tanto a mulán, bella o jasmín, anteriores creaciones del animador encargado de Tiana, Mark Henn. Elegante, segura, sensual y con los pies en la tierra. Anika Noni Rose, la tercera de las dreamgirls, pone voz a este nuevo modelo de princesa trabajadora.
La muy realista y delicada animación de Naveen, por Randy Haycock, dividiéndose aquí entre el humano y la rana que lo devuelven al 2D tras haber animado en chicken little y los robinsons. La voz de Bruno Campos le ayudó a plasmar el carácter conquistador y bribón del personaje.
La hiperactiva y desatada fuerza de Charlotte, que como nos tiene acostumbrados Nik Ranieri con Lumiere, Kuzco, Hades y otros personajes antológicos, está dotada de una rapidez de movimientos y frenetismo propios de su personalidad. Su diseño es todo redondez, basada en las antiguas chicas de tex avery o chuck jones, y Jennifer Lewis fue la responsable en gritar en los estudios de grabación ganando el annie de este año a mejor interpretación.
El Dr Facilier está animado por uno de los jóvenes emergentes en la Disney que nos dejó boquiabiertos en Tarzán con uno de los personajes más complejos y mejor animados: Kerchack. Se trata del afro americano Bruce W. Smith, creador de la serie The proud Family con unos muy interesantes diseños.
Eric Goldberg anima como siempre al secundario redondito y simpático de la misma manera que nos tiene acostumbrados con otros gordinflones (en la mayoría de ocasiones tan calvos como él mismo) como el genio, phil, meeko, din-don. Este año se ha ganado por dar vida a Louis el caimán trompetista el premio a mejor animador en los annies, frente al imbatible Andreas Deja y al emergente Bruce W. Smith.
Y Mamma oddie, que fue el reto que escogió Andreas Deja (ya que ahora tiene el privilegio por estar consagrado como uno de los mejores animadores del mundo y el animador residente de Mickey mouse) tras haber dado vida a los musculosos Tritón, Gastón y Hercules, los malvados Jafar, Narissa y Scar, y la pequeña Lilo. Una anciana de casi 200 años a la que le cuelgan los pliegues cutáneos al son de sus abalorios … todo un ejercicio de dificultad.
Doblaje
El doblaje de las canciones me ha parecido bastante mediocre o mejor dicho, poco acertado en cuanto que las voces resultan muy distintas a las habladas, menos en el caso del tan criticado Macaco, que sigo defendiendo, que a mí me molestó muchísimo menos, que King África (detestable, desafinado y desagradable de escuchar) o Alex Ubago (que no resulta creíble si no hace de adolescente pijitonto como en el planeta del tesoro). Ellas, en cambio están bastante bien. El único que canta y habla con la misma voz, es Javier Gurruchaga como Facilier… no es de sus mejores interpretaciones, pero no está mal.
Conclusión
Para que no digan que después de leer mis críticas no se sabe si me gustó o no, o si la recomiendo siquiera, me menciono al respecto para decir que hay muchos aspectos que hacen que esta película merezca la pena… ninguno la hace espectacular, inolvidable o trascendental en el mundo de la animación, pero sí de visionado obligatorio para los amantes del género, de la música sureña y de los cuentos bienintencionados … me quedo con esa imagen tan evocadora de Tiana cogida al palo de la cama después de que charlotte se retoque el maquillaje y justo antes de salir al balcón … y por supuesto con todos los números en los que canta Tiana, que es un placer escucharla en inglés y en español.
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