Manu Menéndez es Senior Animator y ha trabajado recientemente en Amusement Park, la última
producción de Ilion Animation Studios para Paramount y es profesor en el Máster en Animación 3D dePersonajes de U-tad. Dada su dilatada experiencia en películas, nos explica cómo es el paso a paso que
sigue todo animador a la hora de desarrollar su trabajo. Aunque advierte que el workflow entre un
plano y otro puede variar, hay criterios bastante generales que suelen repetirse. ¿Empezamos?
El animador explica que cuando una secuencia nueva – que puede tener entre 40 y 70 planos - sale del
Layout, el director de animación divide y asigna dichos planos a cada miembro del equipo. “Lo primero
que hay que hacer es analizar bien el Layout, estudiar y entender lo que está pasando, qué les pasa a los
personajes, de dónde vienen y adónde van, ver qué es lo que el director quiere comunicar, reunir ideas y
determinar qué puedes hacer en tu animación”. Se trata de una fase imprescindible porque, según este
profesional, cada plano está en la película por alguna razón, porque se quiere contar algo con él.
Además de esto, animadores y director tienen una reunión de ‘briefing’ donde este último cuenta qué
quiere en la secuencia, qué es lo que no se puede perder, qué es lo que tiene que quedar clarísimo, se
analiza el audio y si el personaje habla. Es el momento en el que ambos se alinean y cada animador
aporta sus propias ideas, por ejemplo, sobre la manera que corre o que mira un personaje.
“Después de haber estudiado el Layout, analizado el audio y haber tenido el ‘briefing’, yo generalmente
me suelo grabar para tener videoreferencias. Buscas una sala o sales a la calle, te haces con una cámara,
pones el audio y te grabas a ti mismo haciendo la acción del personaje y repitiendo. Memorizas subidas
y bajadas de tono, analizas el audio, ves si el personaje tose o se ríe”, explica. También hay profesionales
que no hacen videoreferencias y prefieren pequeños dibujos con las poses principales del personaje.
El objetivo de todo, explica Manu Menéndez, es entender y conocer muy bien lo que se va a animar
antes de utilizar maya. “Es fundamental. Siempre se dice que el 50 % del éxito de un plano, que quede
bien, está en la planificación”, asegura. Después, una vez que se cuenta con información, referencias y
dibujos, es cuando se utiliza el programa 3D.
Este animador, en muchas ocasiones, utiliza sus videoreferencias dentro del programa, como si fuera un
plano. “Así, cuando hay movimiento en el timeline, veo la referencia como si estuviera en directo dentro
del programa, analizo las principales poses para incluirlas en el ‘blocking’.
Ese es el siguiente paso, el ‘blocking’ o primera versión del trabajo de un animador que le enseña a su
director. Se trata de una animación que cubre todo el plano pero donde solo se incluyen algunas poses –
a modo de cómic - para mostrar al director una primera idea y ver si se está siguiendo el camino
correcto. “Yo siempre intento enseñar los ‘blockings’ lo antes posible. Si tienes cinco días para un plano
tendrías que mostrar el ‘blocking’ el primer día o, como muy tarde, el segundo”.
Después hay que rehacer detalles, añadir más poses y pulir el plano, para lo que habrá que dedicar el
resto del tiempo… y pasar a la fase de ‘spline’, donde se ve dicho plano de manera más fluida. “Y sigues
enseñando. El director de animación de Amusement Park incidía mucho en la idea de que mostráramos
nuestros progresos todos los días para que, cuando algo no funcionara, lo viéramos cuanto antes y
tuviéramos tiempo de corregirlo sin pasarnos de la cuota asignada”. Después del ‘spline’ está el ‘refine’,
para las sutilezas y el ‘polish’ para los últimos retoques. Menéndez recomienda ir de lo más general a lo
más particular. Es en el pulido final cuando hay que centrarse en las cosas más finas: arcos, pequeños
detalles en cara o dedos, por ejemplo.
En definitiva estos son los pasos que cualquier animador de películas suele seguir a la hora de realizar su
trabajo. No obstante, Manu Menéndez explica que para cada plano que ha hecho en su vida nunca ha
seguido de manera rígida el mismo flujo de trabajo. “Depende del proyecto en el que estás o del plano
que te toca. La metodología no siempre es cerrada, los animadores debemos tener capacidad de
adaptación. Hay que renovarse y ser versátiles”, añade.
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